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Busqueda avanzada- N° páginas : 508
- Medidas: 150 x 210 mm.
- Peso: 656 gr
- Encuadernación: Rústica
MIS MAESTROS Y MI EDUCACIóN RUBIO Y GALI,FEDERICO
Una magnífica radiografía social de su época y reflexiones sobre el proceso de formación humana y sobre su propia introspección.
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Sinopsis
«El doctor Rubio nos habla de la necesidad de inculcar en todos y cada uno de nosotros la empatía. Y lo hace cuando estamos en pleno siglo XIX. El ser humano es siempre el protagonista de sí mismo y de su capacidad de ser feliz, útil, bueno e imprescindible, al modo en que lo proclama Bertolt Brecht». Manuela Carmena
Federico Rubio y Galí (El Puerto de Santa María, 1827-Madrid, 1902). Estudió medicina en la Facultad de Cádiz, y en 1850, muy poco después de conclusa su licenciatura, obtuvo una plaza en el Hospital Central de Sevilla. Pronto consiguió allí crédito prometedor; pero razones políticas, él fue siempre liberal y republicano, le obligaron al exilio. Como lugar de residencia eligió Londres, igual que Alcalá Galiano treinta años antes; para él, el Londres donde con tanta brillantez triunfaba sir William Fergusson, cirujano de «ojo de águila, corazón de león y mano de dama», según el altisonante mote con que le distinguieron sus compatriotas. El contacto con Fergusson fue sobremanera fructífero para Rubio. A su vuelta, en efecto, puso a nuestra cirugía en el nivel de la europea, con su temprana ejecución de intervenciones quirúrgicas todavía muy recientes y osadas: la ovariectomía (1860), la histerectomía (1861), la nefrectomía (1874), la laringectomía total (1878); y pensando en la formación científica del médico, tan deficiente en la España de entonces, organizó privadamente cursos prácticos de histología y microbiología. No olvida entre tanto su ideal republicano. Tras la Gloriosa es elegido diputado a Cortes (1869); en las cuales, aun admitiendo, cómo no, la separación entre la Iglesia y el Estado, defiende un proyecto de ley encaminado a que las Diputaciones y los Ayuntamientos se hicieran cargo del presupuesto del culto católico. La República le nombra embajador en el Reino Unido (1873), y sale airoso del empeño. Pero el hundimiento del régimen republicano le hace renunciar de por vida a toda actividad política. Seguirá, por supuesto, fiel a sí mismo, y pertenecerá al Partido Federal; no pasará de ahí. Desde 1875 hasta su muerte, en 1902, la práctica hospitalaria y privada, su original, tenaz y valioso esfuerzo por elevar el nivel científico y técnico de la medicina española y su varia labor publicística, llenarán por completo sus horas.
Autor: Rubio y Galí, Federico
(El Puerto de Santa María, 1827-Madrid, 1902). Estudió medicina en la Facultad de Cádiz, y en 1850, muy poco después de conclusa su licenciatura, obtuvo una plaza en el Hospital Central de Sevilla. Pronto consiguió allí crédito prometedor; pero razones políticas, él fue siempre liberal y republicano, le obligaron al exilio. Desde 1875 hasta su muerte, en 1902, la práctica hospitalaria y privada, su original, tenaz y valioso esfuerzo por elevar el nivel científico y técnico de la medicina española y su varia labor publicística, llenarán por completo sus horas.